El afamado Percusionista Puertorriqueño Joe Cuba Falleció el domingo, en el hospital Monte Sinaí de la ciudad de Nueva York, a la edad de 78 años (1931-2009). por complicaciones relacionadas con una bacteria que se le había alojado en el cuerpo cuando se sometió a un implante de cadera, esta le provocó un paro renal. La Noche del Sábado cayó en coma y su esposa María Calderón, complaciendo a su última voluntad, autorizo que lo desconectaran de un respirador artificial.
El cantante Cheo Feliciano confirmó que el músico murió a eso de las 5:00 de la tarde, hora de Puerto Rico, un día después de que los médicos desconectaron las máquinas que lo mantenían con vida, y luego que la mayoría de sus órganos vitales falló.
Feliciano narró, que poco antes de que el corazón de Joe Cuba dejara de palpitar, él solicitó a la familia que le permitiera despedirse a través del teléfono, y le dijo estas palabras:
"Dios tiene una misión con todos nosotros y que, cuando está llegando el final de esa misión, tenemos que irnos al sitio de donde venimos", relató Cheo.
Feliciano, quien debutó como vocalista en 1957 con el Sexteto de Joe Cuba, aprovechó la oportunidad para agradecer al músico, por darle la oportunidad que marcó su carrera musical para siempre.
"Le dije que estamos agradecidos de todas las oportunidades que Dios nos dio, y que debe sentirse tranquilo y prepararse para la transición", sostuvo.
Gilberto Miguel Calderón Cardona, su nombre real, fue conocido por Sony por amigos y compañeros como el cantante José “Cheo” Feliciano, quien ayer recordó las circunstancias en que el presentador Catalino Rolón lo nombró “Joe Cuba”.
Narra Cheo:
“Antes de fundar el sexteto, Gilberto y un par de los muchachos pertenecieron al conjunto Joe Panamá. Cuando se dividió, fueron a tocar al Palladium y Catalino les preguntó cómo los iba a presentar. Gilberto le dijo que no tenían nombre y Rolón le puso Joe Cuba”, dijo Feliciano.
Entonces, la mayoría de los conjuntos de éxito eran orquestas, mientras que Cuba trajo a un sexteto que incorporaba a tres cantantes, que al mismo tiempo tocaban instrumentos de percusión y bailaban siguiendo una.
El boogaloo quedó eclipsado por el nuevo sonido de la salsa. Joe Cuba trató de adaptarse a la nueva expresión, pero no logró destacar. Hizo experimentos con el latin-funky en el que grabó alguna pieza curiosa y nada más. Sin embargo, su música grabada y gozada hasta finales de los años sesenta está ahí, como un testimonio sonoro que permite entender la génesis de la salsa y las urgencias y alegrías del Caribe de ayer y, cómo no, el de hoy.
El de Joe "Fue el grupo más dinámico que hubo. Todos los grupos latinoamericanos que sonaban eran orquestas. Surgió un sexteto con el sonido de frente de un vibráfono, y Desde 1954 el sexteto se convirtió en un fenómeno de la música latina en Nueva York por la energía desbordante de sus interpretaciones. El apogeo de la pachanga a comienzos de los sesenta, y el auge del boogaloo a finales de esa década, fueron determinantes para su éxito. Entre las canciones favoritas del público se destacan: Mambo of the Times, Llegué, A las Seis, Oriente, Cachondea, Yo Vine pa’ Ver, Salsa y Bembé, El Ratón, Ariñañara, Bailadores, El Pito (I’ll Never go Back to Georgia), Mujer Divina, y El Monito y el León. El Sexteto, con diferentes variaciones en su nómina, se mantuvo en actividad hasta 1979.
Entre 2005 y 2006, superó una infección que afectó su cadera y lo sacó de los escenarios. Regresó el año pasado con un concierto en Aaron Davis Hall, en Nueva York, y esporádicamente actuaba con su sexteto en países como Colombia, donde es un ídolo. Conocido como el Alma del Barrio Latino, Joe Cuba es considerado uno de los pioneros y exponentes más respetados del boogaloo y la pachanga. Se abrazó a la historia como director del sexteto que -desde el segundo lustro de la década del 1950 y durante los 60- plantó bandera en clubes como el Palladium en plena era del mambo y durante la hegemonía de las grandes orquestas de Tito Puente, Machito y Tito Rodríguez.
El féretro de Joe Cuba será velado por dos días en Nueva York y luego llevado por las calles en las que se crió y vivió el músico, nacido en la Gran Manzana en 1931. Sus restos estarán expuestos en la Funeraria Ortiz, en la Calle 116, en el Barrio Latino en Nueva York.
Que en Paz Descance y que Goze en la Eternidad con los Demas Rumberos que como el Partieron.
El cantante Cheo Feliciano confirmó que el músico murió a eso de las 5:00 de la tarde, hora de Puerto Rico, un día después de que los médicos desconectaron las máquinas que lo mantenían con vida, y luego que la mayoría de sus órganos vitales falló.
Feliciano narró, que poco antes de que el corazón de Joe Cuba dejara de palpitar, él solicitó a la familia que le permitiera despedirse a través del teléfono, y le dijo estas palabras:
"Dios tiene una misión con todos nosotros y que, cuando está llegando el final de esa misión, tenemos que irnos al sitio de donde venimos", relató Cheo.
Feliciano, quien debutó como vocalista en 1957 con el Sexteto de Joe Cuba, aprovechó la oportunidad para agradecer al músico, por darle la oportunidad que marcó su carrera musical para siempre.
"Le dije que estamos agradecidos de todas las oportunidades que Dios nos dio, y que debe sentirse tranquilo y prepararse para la transición", sostuvo.
Gilberto Miguel Calderón Cardona, su nombre real, fue conocido por Sony por amigos y compañeros como el cantante José “Cheo” Feliciano, quien ayer recordó las circunstancias en que el presentador Catalino Rolón lo nombró “Joe Cuba”.
Narra Cheo:
“Antes de fundar el sexteto, Gilberto y un par de los muchachos pertenecieron al conjunto Joe Panamá. Cuando se dividió, fueron a tocar al Palladium y Catalino les preguntó cómo los iba a presentar. Gilberto le dijo que no tenían nombre y Rolón le puso Joe Cuba”, dijo Feliciano.
Entonces, la mayoría de los conjuntos de éxito eran orquestas, mientras que Cuba trajo a un sexteto que incorporaba a tres cantantes, que al mismo tiempo tocaban instrumentos de percusión y bailaban siguiendo una.
El boogaloo quedó eclipsado por el nuevo sonido de la salsa. Joe Cuba trató de adaptarse a la nueva expresión, pero no logró destacar. Hizo experimentos con el latin-funky en el que grabó alguna pieza curiosa y nada más. Sin embargo, su música grabada y gozada hasta finales de los años sesenta está ahí, como un testimonio sonoro que permite entender la génesis de la salsa y las urgencias y alegrías del Caribe de ayer y, cómo no, el de hoy.
El de Joe "Fue el grupo más dinámico que hubo. Todos los grupos latinoamericanos que sonaban eran orquestas. Surgió un sexteto con el sonido de frente de un vibráfono, y Desde 1954 el sexteto se convirtió en un fenómeno de la música latina en Nueva York por la energía desbordante de sus interpretaciones. El apogeo de la pachanga a comienzos de los sesenta, y el auge del boogaloo a finales de esa década, fueron determinantes para su éxito. Entre las canciones favoritas del público se destacan: Mambo of the Times, Llegué, A las Seis, Oriente, Cachondea, Yo Vine pa’ Ver, Salsa y Bembé, El Ratón, Ariñañara, Bailadores, El Pito (I’ll Never go Back to Georgia), Mujer Divina, y El Monito y el León. El Sexteto, con diferentes variaciones en su nómina, se mantuvo en actividad hasta 1979.
Entre 2005 y 2006, superó una infección que afectó su cadera y lo sacó de los escenarios. Regresó el año pasado con un concierto en Aaron Davis Hall, en Nueva York, y esporádicamente actuaba con su sexteto en países como Colombia, donde es un ídolo. Conocido como el Alma del Barrio Latino, Joe Cuba es considerado uno de los pioneros y exponentes más respetados del boogaloo y la pachanga. Se abrazó a la historia como director del sexteto que -desde el segundo lustro de la década del 1950 y durante los 60- plantó bandera en clubes como el Palladium en plena era del mambo y durante la hegemonía de las grandes orquestas de Tito Puente, Machito y Tito Rodríguez.
El féretro de Joe Cuba será velado por dos días en Nueva York y luego llevado por las calles en las que se crió y vivió el músico, nacido en la Gran Manzana en 1931. Sus restos estarán expuestos en la Funeraria Ortiz, en la Calle 116, en el Barrio Latino en Nueva York.
Que en Paz Descance y que Goze en la Eternidad con los Demas Rumberos que como el Partieron.
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